Una opinión personal sobre Juan Pablo Duarte.
El pueblo dominicano reconoce a Juan Pablo Duarte como el inspirador de la idea que culminó con la creación de la República en 1844. La distinción de “Padre de la Patria” a nuestro parecer es justa, como lo establece la ley su figura y titulo es perenne e inamovible.
Pero lo que quisiéramos explicar en torno a Duarte es el aspecto con el que los dominicanos nos identificamos al sólo escuchar su nombre; me refiero a la imagen del prócer de la patria, la misma que aparece en las monedas, en las paredes de entidades del gobierno, en museos e instituciones culturales, en monumentos históricos, en estatuas, etc.
Duarte nació el 26 de Enero de 1813 y para el 16 de Julio de 1838, cuando contaba 25 años y tras varios años de actividad y luchas políticas, proclamó la sociedad secreta La Trinitaria, que vino a ser el primer partido político en lo que sería después la nación dominicana; o sea que a muy temprana edad Duarte poseía la visión de crear un país libre e independiente de toda potencia extranjera.
Al ser proclamada la separación de Haití en 1844, Duarte contaba la edad de 31 años, otra hazaña poco común si se compara con otros próceres nacionales de cualquier parte del planeta, que casi siempre son personas muy mayores. Lo que quiero puntualizar en esta nota es que la gran obra de Juan Pablo Duarte se produjo cuando disfrutaba de plena juventud, por lo que no entiendo la razón o bajo que criterio se nos ha presentado su imagen como la de un hombre de avanzada edad, si lo mejor de sus aportes fueron cuando tenía los bríos y la energía de la juventud. Sería más saludable si se presenta a un Duarte joven y enérgico para que la actual generación de hombres y mujeres jóvenes se sientan identificados con su legado y lo imiten para bien de todos. Que viva la patria, aunque algunos se empeñen en disolverla, jamas los permitiremos.