Trujillo, un dictador atrevido.
Por José C. Novas.
En general la conducta del dictador Rafael L. Trujillo (gobernante de los dominicanos entre 1930 y 1961) ha sido ampliamente estudiada y expuesta; se han escrito libros, revistas, artículos, conferencias, documentales y debates que forman parte de la gran reserva en la exposición de las acciones de ese férreo dictador. Las múltiples facetas de Trujillo como figura pública son abundantes, en cambio hay una de ellas que a nuestro juicio ha sido poco observada: el dictador Rafael L. Trujillo era atrevido.
Sabía el Jefe que su mandato tenía el respaldo del gobierno de Estados Unidos que había sentado las bases de la política criolla durante el periodo de ocupación entre 1916 y 1924; en otras palabras Trujillo era la garantía para los intereses de las empresas norteamericanas en el país; pero a pesar de lo antes dicho, Trujillo metió las uñas en terreno prohibido dentro del esquema de dominio global de Estados Unidos. A Trujillo se le fue la mano, y llevó sus tenáculos a espacios restringidos para los “amigos” de otras naciones, como el espionaje y manipulación, ese fue el caso de la ingerencia en las ligas negras de béisbol, a las que causó grandes problemas, incluso causo la quiebra de varios equipos destacados.
Los hechos se produjeron durante la temporada regular de 1937, en momentos que el dictador buscaba reelegirse y fue aconsejado por un grupo de dominicanos activistas en su Partido Dominicano, entre los consejeros estaban el doctor Jose Enrique Aybar, Francisco Martínez Alba, Carlos Bonetti Burgos, Orlando Peña Batlle, Rocco Coppano, Rafael Esteva, Heriberto Pellerano, Tancredo Aybar Castellanos, Horacio Alvarez Saviñon, Enrique Alfau y Ramón Imbert entre otros, quienes vendieron a Trujillo la idea de formar el equipo los Dragones de Ciudad Trujillo para elevar su popularidad.
Al equipo de Trujillo se unió lo mas selecto de las ligas negras, así vieron acción en el país jugadores de la talla de Satchel Peige, Josh Gibson, Cy Perkins, Martin Dihigo, Sammy Bankhead, Cool Pappa Bell, Leroy Matlock, que junto a otros de igual talento, los peloteros cayeron seducidos por la fuerza del dinero para que dejaran atrás sus contratos y viajaran a jugar en Ciudad Trujillo. El dictador les pagó salarios, casi iguales a las estrellas de las grandes ligas, cosa que que los afro americanos vieron por primera vez; el entonces Comisionado de basebal Kenesaw Landis mantenía la actitud de no permitir la entrada de jugadores de color a la gran carpa.
La iniciativa de Trujillo de crear a los Dragones forzó la suspensión de la temporada de 1937 para las ligas negras, la razón fue que ese torneo perdió su atractivo, ya que sus mejores jugadores aceptaron integrarse al equipo de Trujillo. El Comisionado Landis indignado por las perdidas que generó la suspensión, solicitó al Departamento de Marina en Washington despachar un barco de guerra a recoger por la fuerza los peloteros disidentes, pero su petición fue rechazada; el escandalo forzo a Trujillo a retirar sus aspiraciones y acudió a un títere para que aceptara ser candidato por su partido; En Estados Unidos lo mas dramático fue que varias novenas de las ligas negras quebraron, incluso los Crawfords de Pittsburgh, equipo de mayor solidez económica y que mas torneos había ganado para esa epoca.