Las tiras comicas, incompatibles con la modernidad.
Lo incompatible del humor y modernidad.
Por José C. Novas.
La tecnología alcanzada por la humanidad ha llegado a niveles extraordinarios, la actual generación disfruta una gama de avances de la ciencia, y hoy podemos comunicarnos con otras partes del mundo desde y hacia zonas remotas mediante el teléfono móvil, la red satelital, transmisión televisiva desde areas apartadas del planeta, el internet, ordenadores portátiles, pilotos automáticos, autos inteligentes, localizadorres GPS, son solo algunos adelantos que hoy benefician una parte de la humanidad.
Pero toda acción tiene consecuencias, por esa abundancia tecnológica pagamos un precio, modalidades que antes eran comunes en la sociedad desaparecen a medida que avanza el mundo hacia el modernismo. Llama la atención que cosas que en nuestra niñez eran parte del diario vivir, hoy sirven solo para construir añoranzas y recordar el pasado, porque en algunos casos ya no están y es posible que no se recuperen jamas.
El párrafo anterior se refiere a las tiras cómicas que leíamos en la juventud, que y que ahora son fuentes de nostalgia, porque han desaparecido en su mayoría. Entre las legendarias recuerdo la tira cómica Benitín y Eneas, publicaba desde 1907 en el diario San Francisco Chronicle con el nombre de “Mutt and Jeff”; en la serie Benitín representaba al hombre bagabundo, calvo, de baja estatura, con barba escasa y recortada. Eneas en cambio, era alto, delgado, de nariz larga y aparecía como persona cauta, reflexsiva y buen consejero, ambos vestían de traje casi siempre con rayas o cuadros.
El impacto y popularidad de la tirilla Benitín y Eneas hizo que surgieran otras que también ganaron popularidad y trascendieron; un ejemplo fue Educando a Papa, creada en 1913, era una parodia sobre las delicias de la vida conyugal de una pareja, que hacia destacar la actitud egoísta del esposo, que exigia que las cosas se hicieran a su favor, en cambio ayudaba poco en el hogar, el marido se creía merecedor de todo, aun cuando perjudicara a los demás. Otra tira parecida era El Doctor Merengue, un profesional con doble personalidad, perverso se cría persona honorable, pero era arrogante y representaba la hipocresía.
Otra muy popular fue Trucutú, especie de sátira al estilo de vida urbana de los americanos, cuya figura de un cavernícola que lo resolvía todo a garrotazos porque supuestamente carecía de inteligencia; Doña Ramona, era la empleada domestica ignorante, al extremo de actuar en forma ingenua porque al parecer era bruta. Don Fulgencio representaba al hombre que en su niñez no hizo lo que hacen los chicos, se comportaba como adolescente y olvidaba que era adulto. La tira sobre Superman mostraba al héroe invencible, capaz de volar a grandes alturas y velocidades para dominar las adversidades, fue quizás la tirilla de mayor impacto en los menores; pero habían otras perecidas y populares como Superman.
Tarzan era el héroe cuyo dominio estaba entre los animales de la selva; el Llanero Solitario, un símbolo del oeste norteamericano que nunca mostraba la cara, Popeye y Olivia encarnaban la fuerza y el amor combinados y algo similar ocurría en Archi que siempre anda rodeado de amiguitos y su novia; Daniel el Travieso, cuyo nombre lo dice todo, sus travesuras eran la constante; Mafalda y la Pequeña Lulú eran de las favoritas de los lectores, pero hubo otros que ahora no llegan a mi memoria.
La representación del reino animal era nutrida en las series cómicas de antes, de ellos hubo una notoria cantidad, así recordamos al Ratón Miguelito, al Gato Félix, el Pájaro Loco, Snoopi, el perrito con su amigo el gorrión, Tom y Jerry, el Oso Yogi, el Pato Donald. Las tiras cómicas tenían un lado positivo y era que invitaban a leer, esa tendencia resultaba en una mente mas afilada y el animo habito la lectura y entendimiento del doble sentido de las cosas, ayudaba a ser mas hábiles. Pena que se haya cambiado esa tradición de lectura por los mensajes de texto en teléfonos móviles, tan comunes hoy día y al parecer nos vuelven torpes.
