La memoria sobre puentes.
Por José C. Novas.
La ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana, fue originalmente un enclave urbano edificado entre una muralla al borde de la desembocadura del río Ozama. Con el paso de los siglos la ciudad se fue expandiendo hasta tocar otros ríos del entorno como el Isabela, Haina y Manoguayabo. Para llegar al centro de la vieja ciudad, el hecho de cruzar esos ríos tiene su historia propia. Fue el primer asentamiento con carácter cosmopolita del continente y desde allí arrancó la colonización en América. Razones prácticas hicieron que las primeras edificaciones fueran levantadas a orillas del río Ozama, pero los colonizadores jamás anticiparon que aquel asentamiento, que con el tiempo crecería más allá de los ríos Haina, Isabela y Manoguayabo.
A partir del siglo XVI, la ciudad de Santo Domingo pasó a ser un importante centro de actividad cultural y comercial. Desde la ciudad de Santo Domingo partieron los barcos llevando a los demás colonizadores hacia el encuentro de culturas o la conquista del resto de América y la búsqueda de nuevas rutas hacia el lejano Oriente.
Pero cruzar sobre los ríos que bordean la ciudad de Santo Domingo tiene su historia propia, porque en tiempos de la colonia y aun durante la vida de la república, no existían puentes de acceso a la ciudad y los habitantes se las ingeniaban para cruzar sobre los ríos circundantes. Los viajeros de la época enfrentaban grandes dificultades para atravesar las corrientes, ya sean motivadas por iniciativas políticas, negocios, asuntos religiosos, llevar productos, objetos o animales, mediante el uso canoas, yolas, balsas, barcazas, etc.
Con el paso del tiempo la actividad económica en la isla creció y se puso en práctica el uso de plataformas tiradas por cordeles con poleas con el uso de mulos, caballos o bueyes. Fue a finales del siglo XIX durante el gobierno del dictador Ulises Heureaux “Lilís” cuando se empezó a construir el primer puente para darle acceso a la ciudad de Santo Domingo sobre el río Ozama. El proyecto fue suspendido con el magnicidio del gobernante en 1899 y la obra permaneció detenida por diecisiete años, hasta que al producirse la ocupación de 1916 ingenieros militares norteamericanos lo retomaron para facilitar el transporte equipos y material bélicos y vehículos motorizados y la construcción de vías y carreteras facilitar movimientos de tropas desde la capital hacia la región Este del país, donde enfrentaron gran resistencia.
Entre 1916 y 1924 al país fue introducido el negocio de venta de vehículos de motor, era parte del proyecto de expansión económica que impuso Estados Unidos en el continente para abrir mercados y colocar los excedentes de su producción industrial, especialmente la automotriz. El auge adquirido por los vehículos de motor requirió que los gobiernos de ocupación y los que le sucedieron tomaran iniciativas viales, sobre todo desde la capital hacia el interior. Con el paso del ciclón San Zenón en 1930 el puente Ozama fue severamente destruido, con el embate del fenómeno su estructura cedió en parte y quedó averiado, por lo que requirió de reparación, su reconstrucción fue ordenada por el recién juramentado Presidente, Rafael Leónidas Trujillo, quien además, le hizo designar con el nombre de” Puente Ulises Heureaux”.
La Era de Trujillo fue quizás la etapa más prolífica en la construcción de puentes, calles y carreteras en la ciudad de Santo Domingo, debido al volumen vehicular, negocio que él, su familia y allegados controlaron a partir de 1930, y para 1955 se habían levantado otros puentes para facilitar la entrada a la ciudad; entre ellos el Presidente Peynado sobre el rio Isabela, el Presidente Troncoso sobre el río Haina y el puente sobre el río Manoguayabo.
Ese mismo año (1955) fue inaugurado el más imponente puente de la capital para facilitar el cruce desde la parte oriental: el puente Radhamés, bautizado en honor al hijo menor del dictador Trujillo, era costumbre durante la dictadura poner nombres de familiares del jefe a las grandes obras que ejecutaba el gobierno. El nombre le fue cambiado al desplomarse la tiranía y desde entonces es llamado Juan Pablo Duarte. El Puente Radhamés fue primer puente colgante que tuvo la capital dominicana. Su inauguración coincidió con la celebración de la “Feria de la Paz y Confraternidad del mundo libre”, cuyo desborde publicitario hizo que la apertura del puente Radhamés transcurriera como un hecho de importancia secundaria.
Se impone recordar que durante los enfrentamientos surgidos a raíz de la Guerra de Abril de 1965 el puente Duarte fue severamente destruido por los bombardeos de la aviación militar que atacaron desde la base de San Isidro. Otro de los puentes de acceso a la capital es el Presidente Troncoso sobre el río Haina, que fue derribado en durante el estallido de 1965 por el bombardeo del ejército invasor, fue parte de la estrategia militar extranjera para controlar los amotinados rebeldes en el sector intramuros, la razón fue que los invasores descubrieron de que había un importante núcleo del ejército nacional en la región Sur vinculado al Movimiento Enriquillo y decidieron anular el posible acceso desde esa zona hacia la capital, o sea a través de la carretera Sánchez.
Los intensos ataques aéreos sobre el puente Duarte entre el 24 y el 28 de Abril de 1965 no fueron suficientes para derribarlo, su estructura resistió, a pesar de los daños que mostraban los cables de soporte, causados por los cañonazos. Posteriormente, esos cables fueron reparados en el gobierno de los doce años presididos por el Dr. Joaquín Balaguer. En cambio, la rehabilitación del puente Presidente Troncoso sobre el río Haina tomó más tiempo y transitar por la carretera Sánchez se hacía a través de una estructura flotante instalada por los invasores en la zona de Costa Verde.
Entre las demás estructuras que daban acceso a la ciudad de Santo Domingo, quizás el de menor flujo era el puente sobre el río de Manoguayabo, en la carretera que conduce a ese poblado y al municipio de Palavé. Luego finalmente el Dr. Balaguer, se construyeron los puentes Ramón Matías Mella, obra que por lo extraño del diseño y vicios de edificación y por lo estrecho de sus dos carriles, la voz popular le bautizo con el nombre de Puente de las Bicicletas.
Otro puente construido durante el régimen de Balaguer fue el puente Francisco del Rosario Sánchez, en la parte alta de la capital y que une las avenidas San Vicente de Paúl del sector Los Minas con la avenida Padre Castellanos en Los Guandules y el Ensanche Espaillat. En el pasado reciente, fue instalado en la zona del puerto de Santo Domingo un puente flotante, que sirve de alternativa temporal, para conectar la avenida del Puerto con la avenida España en la orilla oriental del río Ozama. Aún permanece allí y es posible que se mantenga dada su función en el desahogo del tránsito vehicular de la capital dominicana.
Una última estructura construida sobre el rio Ozama lo es el puente Juan Bosch, estructura paralela con el puente Duarte y bautizado en honor al prolífico escritor y político, fallecido hace algunos años. Como se ve, los puentes que facilitan el ingreso y salida de la ciudad de Santo Domingo y sobre los ríos del entorno, funcionan desde 1916, cuando el país fue objeto de una invasión, o sea hace poco mas de cien años.