Por José Novas.
Entre Adolfo Hitler y Món Cáceres, una fábula.
Por José Novas.
El consenso universal expone como el más cruel de los dictadores que conoce la humanidad al alemán Adolfo Hitler, tuvo ese personaje alrededor de su niñez una cadena de circunstancias que posiblemente trastornaron su carácter de adulto. Entre las cosas en la vida Hitler, provenía de una familia humilde y su infancia fue de grandes dificultades porque su padre era el que generaba ingresos y quedó huérfano antes de cumplir 12, debió forjarse su propio destino, lanzándose al mercado laboral.
Como Hitler no tenía herencia, se vio forzado a buscar trabajo sin haber completado un oficio que le permitiera ganar ingresos para una vida holgada y se convirtió en jornalero. En la historia de su vida dijo que aspiraba convertirse en un artista, pero ello no fue posible y que de joven poseía el don de la palabra y habilidad para pronunciar discursos.
Con el tiempo sus dotes en la oratoria lo convirtieron en dirigente obrero y en una protesta que organizó para exigir derechos de los trabajadores fue arrestado, juzgado y condenado a cárcel. Durante su presidio escribió lo que había sido su vida hasta ese momento y al cumplir condena la obra fue publicada y le abrió las puertas del escenario político alemán, en general esa fue la entrada de Hitler al ruedo público.
En lo relacionado a Hitler con la historia dominicana, el nexo más conocido es el que tiene que ver con la llegada de refugiados judíos a Sosua a partir de 1940. Pero, aunque usted no lo crea, Hitler tuvo otro vínculo con nuestro país, y un aspecto de su conducta emulaba las acciones de Ramón Cáceres como gobernante, se trata de la implementación de campos de concentraciones, medida que ya había tomado un dictador criollo en nuestro país. La comparación parece exagerada, pero trataré de explicarla; cuando Hitler ascendió al poder en la Alemania de 1933, una de sus primeras iniciativas fue la persecución de sus adversarios, al extremo de confinarlos en campos de concentración a lo largo de Alemania, sus motivos cambiaron después, pero para entonces eran fundamentalmente políticos. Caceres hizo algo parecido pero los motivos eran otros.
Entre los muchos dictadores que tuvo República Dominicana durante el siglo 19, los más notorios fueron Pedro Santana, Buenaventura Báez y Ulises Heureaux, a pesar de lo crueles que fueron sus acciones, ninguno llegó al extremo en que se colocó Ramón Cáceres a principios del siglo 20 cuando asumió el despacho presidencial. Aquí es donde reside el paralelismo entre el Hitler de Alemania y el dictador dominicano, El general Ramón Cáceres fue el único de los gobernantes criollos que ha establecido campos de concentración en perjuicio de sus conciudadanos, como lo hizo más tarde Hitler en su nación, la diferencia era que Cáceres, como Guacanagarix actuó para beneficiar a intereses extranjeros.
Para tomar control de la linea noroeste Ramón Cáceres se trasladó con su estado mayor a la ciudad de Montecristi, allí declaró la Ley Marcial, y ordenó concentrar las poblaciones, destruir la agricultura y los animales e impuso un toque de queda que no se moviera nadie, y según el historiador Rufino Martínez “el que el que no cumplía por cualquier razón era brutalmente exterminado”; en la región noroeste operaban los grupos que se oponían o reclamaban iniciativas a su gobierno.
A pesar de esa actitud represiva, la figura Ramón Cáceres posee un museo en su honor y cuyo proposito es promover su legado, eso no lo tienen otros próceres de la patria, ademas, el dictador ha sido expuesto por algunos historiadores como un gobernante de orden, progreso y de paz, lo que para mí constituye una fábula que se cae sola y por su propio peso, el tiempo ha demostrado que la historia es como una semilla cuando cae en terreno fértil, germina, aflora y crece robusta si las condiciones son favorables. Un análisis sobre la conducta pública del dictador Cáceres está disponible en el libro titulado: El Presidente Cáceres: Fabula del progreso, el orden y la paz, disponible en versión digital en el portal amazon, con sólo pulsar José C. Novas en el buscador de amazon.com.