El foro público, un vagón repleto de picardías
Una historia de la mordaza sobre la libertad de expresion..
Por José C. Novas.
Existe un extenso anecdotario sobre como se manejaba la opinión pública durante los últimos tiempos de la dictadura trujillista en República Dominicana; ciertamente, había censura y quien se atreviera a manifestar lo que el gobierno no quería oír se arriegaba a encontrarse con las tropelías del Servicio de Inteligencia Militar (SIM).
Libros, revistas, periódicos revelan la magnitud de la mordaza que el régimen trujillista impuso a los dominicanos para filtrar lo que se podía o no escuchar por radio, televisión o cualquier otro medio de difusión. Pero el genio del dominicano probó su creatividad, y en aquel universo de restrinciones, los inconformes con el régimen se ideaban las formas para colar sus denuncias o sus protestas.
Programas radiales como el de Don Paco Escribano o secciones escritas como el Foro Público son sólo dos manifestaciones de lo que hace un pueblo cuando le cierran las posibilidades a la libre expresión de las ideas. Cito con algunos ejemplos, para que el lector tenga una idea sobre como transcurrían las cosas en el territorio dominicano en lo referente a la libertad de expresión.
Por ejemplo, el 27 de Octubre de 1957 en la página 3 del periódico “El Caribe” fue publicada esta nota que parece insólita: “Una carta aparecida en el Foro Público señala conducta reprochable y carente de dignidad, la mostrada por todo funcionario del gobierno que transite por las calles de Ciudad Trujillo vestido en camisa, manejando un vehículo oficial. Pero es mas criticable, si se le ha puesto al carro las iniciales GD, que parece decir gobierno dominicano, cosa falsa porque el gobierno dominicano no suministra automoviles a sus funcionarios”. Esto era todo una sátira.
El manejo de las opiniones era entonces como argumentos de obras teatrales; el mismo periódico “El Caribe”, esta vez el 27 de Mayo de 1958, en la misma columna y página publica lo siguiente: “Una mujer que no sabe leer, aunque su cédula dice lo contrario, ha sido condenada a 30 días de prisión y el pago de 10 pesos de multa. Se le acusó de violar la Ley 990 sobre las identificaciones oficiales, porque ella declaró que sabía leer sin saberlo”.
Por otra parte, el 19 de Septiembre de 1958 el vespertino “La Nación” publicó que en lo que iba de año, el “Benefactor de la Patria” había bautizado un total de 5,600 niños, el autor de la nota lo consideraba como una labor noble y cristiana de parte del dictador. La capilla San Rafael, en el recinto del Palacio Nacional se convirtió en la Meca de aquel peregrinaje de niños herejes, que llegaban de todas partes y hacían filas interminables para que el padre Bello o el padre Posada los rociaran con agua “bendita” y luego les daban un sobre conteniendo una dádiva.
Todo estaba controlado por el régimen, existían instituciones para promoverlo, como el Partido Dominicano, el Patronato San Rafael, el Instituto Trujilloniano, la Legión Extranjera, los Jinetes del Este y otros “voluntarios”; los principales medios de comunicación eran de propiedad del dictador o de familiares suyos a través de testaferros, aun asi, en el Foro Público se le filtraban las picardías y el doble sentido típico de los dominicanos para denunciar sus inconformidades.
