Por José C. Novas.
“Por tus hechos te conocerán”, así reza un postulado bíblico que encierra una verdad elocuente; su moraleja podría servir para determinar si la memoria del ex-presidente de Estados Unidos John F. Kennedy merece o no que una calle de la capital dominicana, u otra en la ciudad de Quito, Ecuador, lleven su nombre como acto de honra y justicia a la memoria del gobernante asesinado.
Pienso que cuando los dominicanos y los ecuatorianos alcancemos plena conciencia de la historia, los rótulos que colgados por decision de los sectores dominantes, tendrán que revisarse. En el caso dominicano se ha debatido si John F. Kennedy tiene méritos para que una calle de la capital lleve su nombre. Justo es establecer que John F. Kennedy es figura histórica importante en Estados Unidos, y no hay nada malo en que ellos lo reconozcan, pero en lo que toca a latinoamérica, su llegada a la casa blanca fue desastroza para la estabilidad de sus jefes de estado; John F. Kennedy fue un verdadero tumba gobiernos en la región y la sociedad dominicana no escapó los efectos de su administración; la obstinación de Kennedy contra los lideres de los pueblos al sur del Rio Grande fue mas que evidente, este planteamiento se basa en las ingerencias ocurridas durante su mandato, de menos de tres años, o sea entre el 20 de Enero de 1961 y el 22 de Noviembre de 1963, cuando lo asesinaron.
Siendo John F. Kennedy presidente, su política exterior autorizó sus organismos de seguridad a poner en marcha la invasión de Bahía de Cochinos en Cuba; aquella aventura violaba la soberania de un país del continente y constituyó un fracaso; por eso Kennedy y sus asesores cambiaron de estrategia para hispano América; lo hicieron basados en el supuesto peligro que significaba para su nación la Guerra Fría y la penetración de la ideología soviética en el hemisferio; acudieron al uso secreto de instituciones militares latinoamericanas, que entonces recibían asistencia económica y asesoría militar, sus altos mandos eran entrenados en la llamada Escuela de las Américas.
Veamos como operó el plan Kennedy, que a sólo cinco días de su llegada a la Casa Blanca y con el apoyo de Estados Unidos, una Junta Militar sacó del poder a Jose Maria Lemus de El Salvador y colocaron en la presidencia a Eusebio Cordón Cea de ideología pro Estados Unidos. Esto fue el inicio de lo que iba a ocurrir en los próximos dos años; Así el 28 de Marzo de 1962 un golpe militar desplazó del poder al Presidente de Argentina Arturo Frondizi, que fue sustituido por José María Guido, un entusiasta de la política de Washington en latino América.
La agresividad de la administración Kennedy contra los gobiernos de América latina pareció convertirse en obsesión y su fuerza arrolladora volvió a golpear, esta vez el 18 de Julio de 1962 en Perú, cuando militares entrenados en la Escuela de las Américas depusieron al Presidente Miguel Prado; un hecho similar se repitió el 30 de Marzo de 1963 en Guatemala cuando el Presidente Miguel Idígoras Fuentes fue objeto de un golpe militar y expulsado al exilio, los golpistas contaron con el apoyo de la Casa Blanca.
Los motores de la administración Kennedy no se detenían contra gobiernos de latino América y el 11 de Julio de 1963 una junta militar echó del mando al presidente Carlos Julio Arocemena de Ecuador y es bien conocido por los dominicanos que el 25 de Septiembre de 1963 una conspiración militar asesorada por la embajada de Estados Unidos en en la ciudad de Santo Domingo destituyó al presidente Juan Bosch, la conspiración tuvo el visto bueno de la administración del presidente John F. Kennedy a través del diplomático John B. Martin, su asesor.
Su última víctima se produjo el 3 de Octubre de 1963 cuando una Junta Militar bajo apoyo de Washington depuso al Presidente de Honduras Ramón Villedas Morales, quien vino a completar la lista trágica de gobiernos caídos en los pueblos de sudamericanos. No se sabe cual seria el próximo el día que apareció la bala misteriosa que le segó la vida del Presidente John F. Kennedy, una gran figura como gobernante para los norteamericanos, pero los hechos demuestran que bajo su administración, fueron derribados siete gobernantes de países de América latina.
Existen calles, avenidas y bulevares en Estados Unidos que llevan el nombre del presidente Kennedy y además de la avenida John F. Kennedy la capital dominicana, hay una en la ciudad de Quito, Ecuador; después de una reflexión, basada en los hechos anteriores surge la interrogante: ¿Merece John F. Kennedy honrar con su nombre una avenida en las capitales de Ecuador y Republica Dominicana? Es muy difícil para cualquier alma que tenga dos gramos de conciencia externar una respuesta afirmativa, porque durante los años de ejercicio de John F. Kennedy en la Casa Blanca, con su beneplácito se produjeron siete golpes de estado en países de América latina, y dadas las consecuencias de hechos como esos, la respuesta de los lectores podría ser obvia.