Por Virgilio Gautreaux P.
El MEMPHIS
El 29 de agosto de 1916 en horas de la tarde se produjo frente a la ciudad de Santo Domingo, la llamada “Tragedia del MEMPHIS”, un acorazado de gran envergadura y moderno de la flota norteamericana. El navío estaba en el país, el cual pocos meses atrás, había sido ocupado militarmente por Estados Unidos. La imponente embarcación había sido construida en 1903, siendo bautizada originalmente como TENNESSEE. Posteriormente se le cambió a MEMPHIS. Tenía 14,500 toneladas.
* Una investigación muy detallada sobre el caso del MEMPHIS la realizó el Dr Batlle.
El Listín Diario, revistas y publicaciones dominicanas de la época hicieron excelentes reportajes sobre este acontecimiento. El New York Times reseñó la catástrofe. También observamos que el Centro de Historia Naval de la marina estadounidense, elaboró los informes correspondientes.
Conforme al Listín Diario del 30 de Agosto de 1916, “desde las tres de tarde más o menos, de aquel 29 de Agosto, comenzó a agitarse el mar de modo inusitado. Luego enormes olas, espantables montañas de agua venían rugientes y poderosas a chocar contra todo cuanto se les oponía a su camino”. Más adelante la crónica señala que sobre el hirviente vórtice, luchaba en vano por alcanzar uno de los bordes del MEMPHIS una lancha cargada con unos 30 marinos del buque CASTINE, sucumbiendo el bote por el fuerte oleaje, arrojando al furioso mar su carga humana, lo que horrorizó las miles de personas que desde la orilla contemplaban el luctuoso espectáculo.
Todos los labios murmuraron frases de honda pesadumbre por aquella treintena de cabecitas rubias que sobrenadaban, luchando denodadamente contra el elemento ensoberbecido. Las olas eran tan altas, que amenazaban chocar con las nubes y aquellas cabecitas surgían con la montaña líquida que sobrevenía o se hundían en la hondonada siniestra que dejaban las aguas. Tras un rato largo, muy largo y muy angustioso, desaparecieron las cabecitas, para no aparecer jamás…..”
El CASTINE al ver los percances del MEMPHIS trató de auxiliarlo y se vió envuelto en la vorágine que también amenazaba hundirlo, luego de varios “jamaquiones” de furiosas aguas que casi lo cargaban, lo volteaban y volvían a elevarlo, cual si se tratase de una leve pluma. Afortunadamente, pudo zafarse con sus calderas y motores puestos al máximo y pudo salir de la trampa mortal en que estaba sumido el MEMPHIS, el cual no tuvo tanta suerte con sus motores. De sus 16 calderas, por lo menos debía tener encendidas 10, lo que le fue imposible, a lo que se sumó una explosión de una tubería que ocasionó varias víctimas entre muertos y heridos.
El fenómeno conocido como ”Mar de Leva”, consiste en el aumento anormal de la altura del oleaje, aumento que es ocasionado por el efecto de fricción entre la superficie del mar y la masa de aire atmosférico en movimiento en forma de viento, el cual es intensificado con el paso de sistemas atmosféricos de mal tiempo (bajas presiones) que empujan las aguas oceánicas hacia la costa causando oleaje fuerte. El tamaño de las olas formadas depende de la velocidad y el tiempo que persista la misma velocidad de viento.
El MEMPHIS ya sin fuerzas para podérsele enfrentar al mal tiempo, fue arrojado hacia los arrecifes donde encalló para no moverse jamás. Posteriormente se inició el desembarco de la tripulación, incluyendo las víctimas y los heridos. Este salvamente-apunta el Listín Diario-empezó como a las 5 de la tarde y terminó a las 8:30 de la noche, siendo el Capitán Beach el último en bajar. A las 4:15 de la tarde, llegó al malecón el Presidente de la República, Dr Francisco Henríquez y Carvajal, acompañado del Ministro de Relaciones Exteriores y tomó algunas disposiciones-dentro de las circunstancias, para asegurar el órden, así como el transporte y auxilio a los heridos. Dependencias públicas y centros de asistencia, fueron puestos a disposición de los rescatados. Las actividades recreativas fueron suspendidas.
Al atardecer se pudo lanzar desde el MEMPHIS un cable hacia tierra. Cuando el primer hombre pudo descender con la ayuda de una polea, el Presidente de la República inició un aplauso que fue repetido unánimemente por la muchedumbre, con el fin de dar ánimo a los que estaban a bordo. Se dispuso que se supliera de energía la parte baja de la ciudad, además de que se encendieran grandes fogatas para orientar a quienes se hubieran lanzado al mar. También funcionaron los acumuladores del MEMPHIS. El Presidente dispuso que la bandera fuera colocada a media asta en señal de duelo. El CASTINE comunicó a las 9 de la noche que estaba en alta mar y que había perdido todos sus botes, presentaba ligeras avería en el timón.
Los muertos en la tragedia recibieron homenajes póstumos antes de ser embarcados en el buque-hospital SOLACE. Las bendiciones las realizaron religiosos bautistas y católicos. Al sacerdote dominicano ELISEO PÉREZ SÁNCHEZ, le correspondió decir las oraciones fúnebres a las víctimas que profesaban la fe católica. En los días sucesivos, fallecieron algunos de los heridos. Además, pescadores encontraron cadáveres de algunos marineros. En lugares tan alejados del suceso como Barahona, un pescador por esos lugares localizó flotando un bote del acorazado.
Dos días luego del temporal, tres oficiales de la marina de guerra norteamericana fueron a la morada del Sr Emeterio Sánchez con el propósito de saludarle y expresarle las más encendidas gracias, con motivo de que animado con sentimientos de solidaridad humana, se arrojara esa tarde a luchar con las monstruosas olas para salvar, como salvó la vida a cuatro marineros que sin ánimo alguno fueron a dar a la peña redonda que estaba situada en la ensenada del matadero. De los 4 rescatados dos murieron posteriormente por sus heridas. Días después banda de música del MEMPHIS dio un concierto en el Parque Colón que incluía marchas, valses y el himno nacional dominicano. Don Américo Lugo expresó su protesta pública contra conciertos militares en plazas dominicanas, a la vez que colocaba en su oficina un libro de firmas contra ellos (Listín Diario del 10/09/1916)
2-Barahona
Concentrada la atención nacional en la “Tragedia del MEMPHIS” ocurrida el Martes 29 de Agosto, fue días después que la prensa local reveló que el fenómeno que afectó el acorazado, también causó graves daños en otras partes del litoral costero del Sur de la República Dominicana. En efecto, el Listín Diario de fecha 4 de Septiembre nos informa que el balandro VIRGEN DEL VALLE fue violentamente volcado cerca del puerto de Barahona por el fuerte oleaje, pereciendo ahogados 23 pasajeros, entre ellos mujeres y niños. La tripulación se salvó toda. El reporte también señala que el balandro NUEVA ALTAGRACIA naufragó en Petitrou (hoy Enriquillo) sin dar más detalles. La goleta REPÚBLICA fue echada por tierra en el puerto de Barahona y quedó completamente destrozada. La información da cuenta de que también la goleta GISELA fue a parar en tierra en el puerto de Barahona, arrastrada por el fuerte oleaje.
El balandro VIRGEN DEL VALLE era propiedad del Sr Alfredo Francés y estaba valorada en RD$ 1,000.00. La NUEVA ALTAGRACIA pertenecía al Sr José Aguiló y tenía un valor de RD$ 1,500.00. La goleta REPÚBLICA propiedad del Sr Rafael Glass estaba tasada en RD$ 5,000.00.
El balandro NUEVA ALTAGRACIA fondeado en Caunán, Enriquillo, fue echado a tierra por las embravecidas olas del temporal. La tripulación de la goleta ESPAÑA, fue atacada por el fenómeno y estuvo perdida por varios días, pero superó el percance. De otros veleros salidos de Barahona ese día 29, no se tenían noticias.
El Diputado de Barahona, Don Antonio Mota al observar los cadáveres de los que perecieron ahogados por el temporal, piadosamente suministró tablas para que se confeccionaran ataúdes en que se les diera cristiana sepultura. En Palenque fuertes olas provocadas por el temporal, hundieron la goleta DAYLIGHT, propiedad de un norteamericano.
3-Colofón
El mismo día del suceso-29 de septiembre del 1916-el Presidente Henríquez y Carvajal le envió un telegrama al Presidente estadounidense Wilson en los términos siguientes: Con ocasión del siniestro ocurrido esta tarde en aguas dominicanas del acorazado MEMPHIS, en nombre del pueblo y el Gobierno dominicanos, envío a V. E., al Gobierno y al pueblo americanos la expresión de mi más viva simpatía.
En un telegrama de fecha 12 de septiembre de 1916, el Presidente norteamericano se expresó en los siguientes términos: Agradezco a su Excelencia y por su órgano al Gobierno y pueblo dominicanos, su cortés expresión de simpatía con motivo del desastre acaecido al crucero MEMPHIS y las consiguientes pérdidas de vidas. Fdo: Woodrow Wilson.
En los días que siguieron a estos lamentables sucesos, siguieron turbulencias atmosféricas y oleajes que hicieron sucumbir algunas goletas y balandras.
El caso del MEMPHIS tuvo mucha repercusión dentro de la marina estadounidense, razón por la cual se realizaron algunas actividades benéficas a favor de los familiares de las víctimas, tal como puede verse en esta invitación a un acto cultural en Shangai, China:
El heroísmo del Jefe de Máquinas del MEMPHIS, Claud Ashton Jones, fue reconocido posteriormente, recibiendo las medallas y honores correspondientes. El gigantesco cadáver de metal del MEMPHIS permaneció por varias décadas frente al malecón, como un mudo testigo de las fuerzas de la naturaleza. Una máquina letal, casi invencible, fue derrotada en poco tiempo, sin disparar su oponente un sólo disparo. Sin duda alguna, hay cierta similitud entre el orgullo golpeado del TITANIC y los sucesos del MEMPHIS.