Aprender con la Historia

En la Feria Internacional del Libro, Santo Domingo 2013.

Casimiro Nemesio de Moya, conferencia.

En la intervencion de hoy abordaremos algunos aspectos sobre el perfil biográfico de una figura que a mi en terminos personales me parece de gran trascendencia en la historia dominicana, se trata de un pasaje breve de la vida y obra del general Casimiro Nemesio de Moya, nacido el 19 de Diciembre de 1849 en la ciudad de Santo Domingo, en la cual murió asesinado el día 27 de Mayo de 1915.
Sugiero a la audiencia aquí presente, que no se debe confundir al general Casimiro Nemesio de Moya con el Casimiro de Moya que fuera soldado restaurador, que nació en 1827, fallecido en 1898 y que era su tio, el Casimiro de la Restauración recibe importantes menciones en varias paginas en las Notas Autobiográficas del general Gregorio Luperon sobre eventos ocurridos durante la Guerra, entre ambos Casimiros hubo vínculos familiares cercanos, pero uno y otro son casos distintos en el parnaso histórico de la República Dominicana.
Casimiro N. de Moya como ya dije, nació en la capital dominicana en 1849, sus padres el presbítero Dionisio Valerio de Moya y Padrón y la señora Mercedes Pimentel, por el arraigo social de la familia de Moya se desprende que durante su niñez y juventud, Casimiro Nemesio de Moya recibió la mejor educción disponible en la ciudad primada de América.
De acuerdo a registros y referencias consultados para elaborar esta intervención, Casimiro ingresa a la vida publica en el periodo de la Guerra de los Seis Anos, o sea el conflicto iniciado en 1869 cuando el Presidente Buenaventura Baez intento anexar la nación dominicana a Estados Unidos como una poseción territorial. De aquellos días se sabe que Casimiro N. de Moya se unió a la carrera militar con las tropas que entonces dirigía el general Ignacio Maria Gonzalez, quien mas tarde alcanzaría la presidencia de la República.
Casimiro ejerce funciones publicas durante el mandato del Presidente  Ignacio María Gonzalez, en el cual sirvió como comandante de Armas de la capital y mas tarde, durante el gobierno provisional del general Cesáreo Guillermo ocupo las carteras de Relaciones Exteriores y la de Interior y Policía. A la llegada del partido Azul al poder en 1880, el obispo Fernando Arturo de Merino, Presidente de la República nombra a Casimiro N. de Moya Canciller de su gobierno.
Dos anos mas tarde, al termino del gobierno de Merino, Casimiro acudió a las elecciones como candidato a la vicepresidencia en 1882, o sea que fue el compañero de boleta del general Ulises Heureaux en su primera elección, la pareja resulto victoriosa para un periodo de dos anos como estipulaba la constitución. Casimiro N. de Moya cumplió el periodo vicepresidencial para el cual fue electo. Durante el proceso electoral de 1886 las luchas por el poder dentro del partido Azul parecían insalvables, nadie quería aceptar la candidatura presidencial, de acuerdo con los relatos históricos, se dice primero fue ofrecida al general Gregorio Luperon pero este declino, luego le fue propuesta al esclarecido Pedro Francisco Bono, pero este la rechazo, alegando “que estaba retirado de la vida publica”; de igual modo se la ofrecieron a Jose María Glass, un acaudalado nativo de Santiago, pero este también se negó a aceptarla.
En medio de esas circunstancias, el partido Azul se vio en la necesidad de celebrar una convención en la ciudad de Puerto Plata, en ese evento el general Gregorio Luperon propuso que se llevaran dos candidaturas del partido azul a los comicios, entonces fueron escogidas dos parejas, una integrada por el Ministro de Guerra, general Ulises Heureaux y el general Segundo Imbert ambos de Puerto Plata, y la otra compuesta por los generales Casimiro N. de Moya y Francisco Gregorio Billini a la presidencia y vicepresidencia respectivamente, ambos casos nacidos en la capital.
Una carta incluida en el tomo III de las Notas autobiográficas y Apuntes Históricos del general Gregorio Luperon, en la pagina 201 y fechada el 14 de abril de 1886 revela la intensidad de ese proceso, en ella se advertía lo que finalmente ocurrió cuando fue conocido el candidato ganador, que resulto ser el general Ulises Heureaux. La nota es por demás dramática y extensa, por razones de tiempo, citaremos de ella un párrafo que retrata las tensiones políticas que vivía la nación:
Decía Casimiro al prócer restaurador Gregorio Luperon:

“Tengo el gusto de contestar sus cartas del 27 de marzo y el 2 de Abril, siendo esta ultima, como ud. dice, la confirmación de la primera.

Puesto que para mi fue hijo de arraigado convencimiento la negativa de aceptar la proposición combinada por ud., como es hijo también de ese mismo convencimiento de mi decisión irrevocable de aceptar el puesto que las circunstancias del país me señalan, no hay mas nada que decir sobre ese punto.
Resulta que ahora tiene ud. criterio distinto del mio, sobre la concepción de los intereses de la patria: ve ud. estos hoy significados y resumidos en un hombre apoyado en un grupo director (grupo bien heterogeneo por cierto) mientras que yo los veo significados y mejor representados en la generalidad de los grupos, en la masa nacional, funcionado en el variado juego de las instituciones, participando ampliamente, sin estorbos, en su libre manera de obrar y ayudada eficazmente, no contrariada por el gobierno en todo lo relativo al bienestar y la grandeza nacional.”

Casimiro reclamaba al líder del partido azul, que la candidatura formada por Heureaux-Imbert era abiertamente favorecida por el Poder Ejecutivo mientras se desarrollaba el proceso electoral, el Presidente Alejandro Woss y Gil desde su despacho manipulaba las cosas a favor del general Heureaux, fue por ello que cuando se anunciaron los resultados de las elecciones, que otorgaban la derrota a Casimiro N. de Moya y Francisco G. Billini se origino la acotación en el Cibao central, los seguidores de Casimiro de Moya se negaron a aceptar el dictado del Consejo Nacional Electoral.

Tratando de calmar los ánimos el Presidente Woss y Gil viajo a La Vega donde se hallaba Casimiro con su gente, a su lado los generales Pablo Lopez Villanueva, Norberto Tiburcio, Fernando Lapaix, y más allá en la Linea noroeste le apoyaba el general Benito Monción; los rebeldes en armas en La Vega propusieron a Casimiro el arresto del Presidente Alejandrito Gil y confinarlo en La Vega, pero Casimiro de Moya rechazo la propuesta, por entender que desataría el estallido de una guerra. Pero de todos modos sucedió lo peor, el candidato ganador Ulises Heureaux se hizo nombrar Jefe de Operaciones en toda la República y partió al mando de tropas hacia el Cibao, al tiempo que el Presidente Woss y Gil emitio un decreto que suspendía las garantías constitucionales y las libertades publicas. Fueron despachadas tropas desde Puerto Plata y Samaná hacia La Vega, Santiago y San Francisco de Macorís.

La Revolución Moyista estallo el 21 de Julio de 1886 con violentos combates en Santiago, La Vega, Moca, San Fco. de Macorís y las zonas adyacentes, mientras el Consejo Nacional Electoral se reunía con los diputados en el Congreso y el Presidente de la República pronuncio un discurso que hizo imprimir para difundirlo por todo el territorio nacional. Se impuso la corriente que apoyaba el gobierno, la revolución moyista fue aplastada y Casimiro con sus principales seguidores fueron forzados a buscar refugio en Haiti, Casimiro de Moya se estableció temporalmente en la ciudad de Port de Paix, luego Saint Thomas.

La rebelión Moyista dejo cientos de muertos y heridos, miles desplazados y el general Heureaux en su discurso de juramentación dijo entre otras cosas que “lo ocurrido después de las elecciones era obra de los malos dominicanos y que lo que se destruyo en la guerra, sera construido en la paz”. El exilio de Casimiro se prolongaría hasta 1896 cuando regreso al país acogido a una amnistia y cuando fue asesinado el general Heureaux el 26 de Julio de 1899 en Moca, la revolución que le siguió al magnicidio tenia como líder político a Horacio Vasquez que era su cunado, Casimiro se unió al movimiento que se impuso en corto plazo.

En la Junta Gubernativa que presidia Horacio Vasquez, esposo de su hermana Trina de Moya lo integro a gobierno y posteriormente siendo Vasquez vicepresidente, le dio un golpe de Estado a Juan Isidro Jimenez en 1902 y Casimiro de Moya fue designado Gobernador de la provincia de Santo Domingo, permaneció en el cargo hasta que estallo la Rebelión de los Presos, hecho que culmino con el incendio de San Carlos y la caída del poder al Presidente Vasquez, Casimiro tuvo que volver al exilio.

Pero el horacismo como ideología política era una fuerza considerable, en el mes noviembre de 1903, con apoyo de Estados Unidos, una rebelión puso llevo al poder a Carlos Morales Languasco, coalicion mayormente formada por horacistas y jimenistas, Casimiro N. de Moya regreso al ruedo político y asume cargos en el gobierno. Desde el gobierno de Morales el horacismo desplazo las otras fuerzas políticas y subió Ramón Cáceres al gobierno, al cual Casimiro colaboro hasta el 1908 cuando se produjo la reforma a la Constitución y Horacio Vasquez se aparto del Presidente Cáceres, Casimiro se identificó  con Horacio Vasquez, cuyos lazos eran mas estrechos por estar su hermana Trina de Moya de por medio.

Así Casimiro de Moya volvió al exilio, y peregrino por Haiti, Islas Turcas, Saint Thomas y Estados Unidos; desde la muerte de Caceres el país pasaba de una revolución a otra hasta 1914 cuando fue formado el gobierno provisional del Dr. Ramón Baez Machado, quien declaro la amnistía y llamo a los exiliados a regresar a su país. El debate político se hizo intenso, pero el jimenismo resulto victorioso sobre el horacismo y el velazquismo, Casimiro Nemesio de Moya se encontraba en la filas de la oposición al gobierno de Juan Isidro Jimenez.

Los vaivenes de la administración Jimenez son harto conocidos, la inestabilidad interna y la falta de control de los ingresos del país, fueron en parte el argumento para que se produjera la ocupación por marines de Estados Unidos en 1916, pero antes de ocurrir ese hecho, el 27 de Mayo de 1915 Casimiro N. de Moya cayó abatido a balazos en la ciudad a los 66 anos de edad. Hasta el día de hoy no se tienen claras las motivaciones que llevaron a este crimen ni quienes lo ejecutaron. Resulta curioso que un hombre de la trayectoria de Casimiro N. de Moya, figura histórica que ocupo casi todos los ministerios del gobierno dominicano, que fue gobernador y diputado al Congreso, que ostento la vicepresidencia de la República y fue candidato a la Presidencia en unas elecciones, lo extraño es que murió asesinado y no se tienen detalles sobre su trágico final, ni la historia registra datos sobre ese crimen.

En el plano intelectual, Casimino de Moya fue escritor prolifero que dejo una impronta notable, escribió libros de historia, tratados de geografía dominicana, creo dos mapas, uno de la capital y otro de la república, hizo cálculos y mediciones cartográficas de distancias entre los pueblos, o sea que no vemos razón alguna para que se ignore los pormenores de su muerte, las reseñas biográficas relacionadas a Casimiro al referirse sobre su final, simplemente reportan que murió asesinado en 1915, el reto para la actual generación es rebuscar entre los escombros del pasado para  determinar quien o quienes y porque lo mataron al general Casimiro Nemesio de Moya.


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