Por José C. Novas.
Los que pertenecen a mi generación recuerdan igual que yo, que “la ñapa” formaba parte de la cultura popular de los pequeños, era costumbre arraigada en los niños, que consistía en pedir una retribución como premio a la fidelidad con de estos con determinado colmado o bodega; entonces los dueños de aquellos negocios premiaban con dulces o golosinas a sus clientes fijos como una muestra de gratitud. Fue la entrada del modernismo lo que eliminó de la cultura nuestra, la tendencia de los chicos a pedir la ñapa después de ir de compras al negocio de dispendio.
La ñapa se define como un regalo o propina en agradecimiento a la fidelidad de un cliente a un negocio determinado, fue popular en iberoamérica y al parecer tuvo gran impacto en paises como Venezuela, Argentina, Colombia y Panamá, y otros, en República Dominicana era costumbre en toda la geografía nacional. En nuestro caso, la modernidad hizo desaparecer la ñapa con la proliferación de los supermercados, multicentros, plazas, supercolmados, etc., que cambiaron esa conducta en los chicos de solicitar la ñapa; no hay posibilidad para un niño que va a una plaza o supermercado, por fiel que sea a esos negocios, poder pedir o exigir la ñapa en negocios como esos, vivimos en otros tiempos muy distintos.
En verdad creo que la ñapa era una costumbre sana, porque en ningun caso el propietario del negocio estaba obligado a cederla; fui testigo de casos en que chicos solicitaban al bodeguero su ñapa y antes de cederla el dependiente le preguntaba al pequeño, si se portado bien, lo que significa que la ñapa además fue un incentivo para la buena conducta de los niños de aquellos días. No me opongo a los cambios en la conducta social de los pueblos, la vida no se detiene en su proceso evolutivo; cierto es que hemos perdido la ñapa como un modo cultural entre los chiquillos, pero aun nos queda la memoria para recordarla y un poco de nostalgia para intentar revivirla.
