Por José C. Novas.
Tiene la ciudad de Santo Domingo avenidas en honor a George Washington, John F. Kennedy, Charles Sumners, Abraham Lincoln, Presidente Hipolito Irigoyen, Charles de Gaulle, Winston Churchill, Barney Morgan; tuvimos un aereopuerto en honor al general Andrews y eso gracias a los dominicanos con linaje de traidores; a esa clase dominante debemos que la capital carezca de una avenida a la memoria del general
La historia de este dominicano debe ser expuesta, ese reto lo dejo a la Comisión de Efémerides Patrias, el general Ogando dedicó su vida a la defensa de la patria y abonó con su sangre el suelo sureño para evitar que el país fuera una poseción territorial de otro poderoso; ese combatiente era conocido en el Sur con el apodo de Mano Ogando.
Andrés Ogando ha sido víctima de los traicioneros de la memoria nacional, que lo cubrieron con el sello del olvido; miembro de una estirpe de verdaderos defensores de la patria.
Según el héroe restaurador, “El carácter de Andrés Ogando era un templo en la región Sur”, sólo la magia del general Jose Maria Cabral lo superaba en méritos, similares atributos dio a otros de su familia como Benito, Timoteo, Victor, Domingo, Fermín, Enemesio y Juana Ogando.Pero Mano Ogando no esta solo en el olvido, con el proscribieron los aportes de Manuel Rodriguez Objio, Joaquin Volta, y Belisario Curiel verdaderos martires en defensa de la dominicanidad frente a los monstruos criollos que tendían alfombras al imperialismo, para hacerle mas fácil la tarea de despojarnos de lo nuestro.
Se dice que la muerte de Andrés Ogando constituyó una tragedia que enlutó la región sur, de donde era oriundo y se convirtió en ídolo querido y aclamado por las multitudes de San Juan, Las Matas de Farfán, Barahona y Neyba; con su muerte perdió el país una de las espadas mas gloriosas a favor de la soberanía desde que fue creada la nación.
Relatos de la época cuentan que Lilís recogió el cadáver bajo una lluvia de tiros, lo puso sobre el lomo de una mula y lo llevó a sus familiares para que lo sepultaran. Dentro de expresiones de dolor, su rescate trajo un poco de aliento a la familia, fue originalmente enterrado en Neyba.
Andrés Ogando no fue académico, ni acumuló riquezas, no tenia abolengo y era mulato como la mayoría de los dominicanos, es posible que esas condiciones llevaran su memoria a perderse en el olvido; la capital honra a Washington, Kennedy, Lincoln, Churchill, De Gaulle, Hipolito Irigoyen, Charles Sumners y otros con calles y avenidas, a pesar que ninguno de ellos piso su suelo, ni hizo nada por su beneficio.
Constituye una paradoja, que se hiciera tanto esfuerzo para favorecer a figuras extranjeras con tales honores, poniendo de lado la memoria de los nuestros, a todas luces con méritos de sobra; del mismo modo ocurre con las escuelas y los barrios, cuyos nombres hacen honor a ciudades de otros países, mientras el recuerdo del general Andrés Ogando, defensor de la soberanía, permanece dormido y sólo vive en el recuerdo de unos pocos.