El Ateneo Dominicano, una de las instituciones de mayor tradición ligada a los aspectos culturales con que cuenta la nación, fue el escenario de un memorable ciclo de conferencias en 1939. Esa organización, por cuyos salones han pasado las figuras mas elevadas en las manifestaciones del pensamiento, la cultura, el arte y el humanismo nacional o extranjero, habia recibido en sus salas a figuras de la estatura Jose Marti, Eugenio María de Hostos, Ramón Emeterio Betances, Pedro Francisco Bono, Américo Lugo, Federico Henriquez y Carbajal, Salome Urena, Pedro Henriquez Urena y otros de calibre parecido, su podium ha constituido un verdadero oasis de los valores mas representativos de la cultura universal.
Sirva la introducción para evocar el monumental ciclo de conferencias que se llevo a cabo en el Ateneo Dominicano a finales de 1939, bajo auspicio de dicha institución y por la que desfilaron grandes luminarias del arte y el conocimiento. Dicho ciclo de disertaciones respondió a una iniciativa del entonces presidente del ateneo Virgilio Díaz Ordonez, sabio escritor e intelectual dominicano, que también fue poeta de fina inspiración.
Con la hilera de presentaciones, quiso el poeta Virgilio Díaz Ordóñez aprovechar la circunstancia de que al país había llegado un considerable grupo de letrados españoles de sólida formación, los expositores formaban parte de un grupo de refugiados que emigraron en acogidos al asilo a ciudad Trujillo, huyendo a los embates de la guerra civil española; los refugiados espanoles contaron con la simpatía y beneplácito del dictador Rafael L. Trujillo, de quien el poeta Virgilio Diaz Ordóñez era además un colaborador cercano.
Entre los intelectuales españoles que participaron en el ciclo de conferencias destacaban Jesús de Galíndez, un abogado que representaba el gobierno Vasco en el extranjero, el historiador y catedrático Dr Vicente Llorens, el dramaturgo Jose Maria Peman y el afamado pintor murtalista Jose Vela Zanetti, para cerrar este ciclo de conferencias fue invitado el doctor Joaquín Balaguer, joven dominicano que ya había establecido reputación de hombre de cultura. El primero del grupo en presentarse fue el pintor muralista Vela Zanetti, quien disertó a casa llena el 25 de octubre de 1939 y en esa ocasión hizo un recuento de su obra pictórica y sus experiencias como muralista.
Al artista Jose Vela Zanetti le siguió el Dr. Vicente Llorens, en cuya participación incluyo el tema histórico titulado “La tolerancia religiosa en la España medieval”. Después de Vela Zanetti y Vicente Llorens le tocó el turno al jurista y político Jesús de Galíndez, cuya disertación tituló: “Los vascos: una raza de leyenda”. Para cerrar aquel ciclo de presentaciones magistrales fue invitado a la escena el Dr. Joaquín Balaguer, escritor, alto funcionario del gobierno y catedrático universitario, quien expuso una ponencia titulada: “Guía emocional de la ciudad romántica”, esto ocurrió el día 29 de Diciembre de 1939.
Este ciclo de conferencias extraordinarias no sólo tuvo un valor trascendental, por la categoría intelectual de los expositores y el dominio que cada uno imprimía a su temática, la iniciativa atrajo al debate de las ideas a lo más selecto de la intelectualidad de la capital dominicana, lógicamente, las ideas alli expuestas giraban dentro de los patrones permitidos por la dictadura trujillista. Se dieron cita a esas conferencias figuras de la talla de Julio Ortega Frier, Manuel A. Peña Batlle, Arturo Logrono, Manuel de Jesus Troncoso de la Concha, Moises Garcia Mella, Emilio Espinola, el profesor Constantino Bursiloff, el doctor Laudrino Moreno Fernández, los poetas Ramón Emilio Jiménez y Fabio Fiallo, el Dr. Gustavo Mejía Ricart y otros no menos notables. Fue el poeta Virgilio Díaz Ordóñez quien en su condición de presidente del Ateneo Dominicano, condujo los actos y actuó de moderador en los mismos.