Aprender con la Historia

Leyenda de la chambelona en Cuba.

Por José C. Novas.

Por el año 1920 el conjunto cubano “Sexteto Habanero” grabó varias canciones de la música autóctona de esa isla, entre las que alcanzaron el éxito estaba una titulada “La chambelona”, era una vieja canción, que se habia inmortalizado a ritmo de conga, adornada por el pegajoso estilo musical de los cubanos, la pieza recorrió el mundo hispano parlante por los cuatro costados.
Pero “La chambelona” fue algo mas que la manifestación musical de un ritmo caribeño, cuando fue grabada, la pieza era dueña de un mar de leyendas, algunas nunca han podido ser aclaradas. Por ejemplo, se ha especulado que La chambelona en su origen tenía matices africanos, pero esto nunca fue demostrado, otros afirman que su compás se asocia mas a las raíces musicales españolas que a cualquier otra. Cual fuera la realidad, la chambelona, sin dudas, tiene el sazón, la cadencia y la alegría que le impregna el músico cubano al tocar los instrumentos.
Sobre el autor de la chambelona no se ha llegado a un consenso, existen diversos planteamientos sobre quien la escribió y exactamente cuando, sin embargo, su melodía se le atribuye al genio del compositor Rigoberto Leiva; hay quienes afirman que se cantaba desde 1906 en muchas regiones de Cuba, pero fue en 1916 cuando adquirió mayor popularidad durante la campaña electoral, mientras se disputaron el poder el presidente Mario García Menocal, que buscaba la reelección y José Miguel Gómez, candidato que aspiraba a sacarlo del cargo.
Durante aquel proceso electoral, La chambelona fue usada por liberales y conservadores para lanzarle ataques proselitistas en forma de estribillos que parecían dardos dirigidos a los contrarios: “Aeh, Aeh, Aeh la chambelona”, casi siempre era seguido de una serie de diatribas, burlas o acusaciones, para descalificar al grupo antagónico. Una de las que sonó mucho y fue popular en aquellos días es esta: “El rey de España pidió/ al presidente Menocal/ que le devuelva el caballo/ que no lo sabe montar…Aeh, Aeh…Aeh la chambelona”
Pero La chambelona también se prestaba para cantar usando lenguaje bulgar y de mal gusto, en ese sentido a veces refería a las acciones sexuales con frases prosaicas. No citaremos esa parte en este articulo, pues el propósito de esta nota es demostrar que las letras o la música de una canción puede impactar en forma colectiva la conducta de un pueblo y esa incidencia podría ser positiva o negativa, dependiendo del contenido en las letras de la canción. Por ello hacemos un llamado a los músicos de calle y de ritmos urbanos, que siendo ellos una manifestación artística de los tiempos actuales, a ser cuidadosos, sobre todo con el mensaje de las letras en sus canciones.

La chambelona es un buen ejemplo de ello, y tuvo tanta gravitación en la vida social y política cubana, que tras celebrarse de las elecciones de 1916 en Cuba y declarado el triunfo a favor del presidente Mario García Menocal, los opositores liberales reclamaron que hubo un fraude en el proceso e hicieron un llamado al pueblo para lanzarlo contra el gobierno; a esas protestas contra la administración de García Menocal la bautizaron la “Rebelión de la Chambelona”, durante el conflicto los rebeldes adoptaron la canción como un himno, con el cual lanzaban sus voces al aire y pedían la anulación del veredicto, al tiempo que las multitudes exaltadas gritaban: Aeh, Aeh, Aeh la chambelona.


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